En el mundo actual, donde el exceso de información y desinformación consume la mente de los jóvenes, se hace más difícil que las experiencias reales se desarrollen como parte de la formación de estos nuevos líderes, lo que nos hace responsables de idear iniciativas que permitan estos espacios. Son muchas las organizaciones y entidades comprometidas con la formación de líderes jóvenes que enfocan sus esfuerzos hacia un aprendizaje ético y responsable con el entorno y recursos naturales.
Recientemente conocí el programa de Rotary Internacional, que ofrece a los jóvenes espacios para desarrollar sus habilidades de liderazgo y superación personal, llamado RYLA (Rotary Young Leadership Award), organizado por Rotary Lleida. Se realizó en la Academia General Básica de Suboficiales (AGBS) con el objetivo de tener un ambiente sin móvil y con intensas actividades de formación en disciplina, trabajo en equipo, actitud, valores, compañerismo y superación de adversidades.
Impartida por expertos profesionales que destinan altruistamente parte de su tiempo para ofrecer su experiencia y sabiduría a jóvenes con ganas de aprender y de entender el mundo que los rodea.
Esta experiencia les permitió tener un cambio positivo y gratificante en sus vidas, un sentimiento para valorar las pequeñas cosas, para entender la importancia de la colaboración y el apoyo mutuo y lograr un objetivo, la satisfacción de dar y el agradecimiento de recibir, aspectos básicos de la vida, que damos por hecho que los conocemos, pero que muy pocos tienen la oportunidad de entender e interiorizarlos a un nivel más personal.
El seminario logró dar las herramientas a este grupo de jóvenes para que entiendan la vida desde un punto de vista más simple, desde la necesidad de cooperar con el otro y de asumir un rol o realizar tareas por un fin común, las vivencias desde un sentido más básico y humano, les permitió volver a sentir entusiasmo y motivación para seguir construyendo nuevos momentos y recuerdos, valorando cada minuto, cada persona y cada pequeño detalle de su entorno.
El éxito de este seminario se logró gracias a 3 aspectos importantes: no uso de móvil, diferencia de edades y disposición de actividades en tiempo controlado. Volver al origen de la comunicación, donde el contacto visual directo te permite percibir la sensibilidad de la otra persona, compartir tus miedos y expectativas con compañeros de otras edades que recuerdan la inocencia de la niñez y las responsabilidades de ser adulto y aprender que el tiempo es el único recurso que no puedes recuperar, todo esto es lo que contribuyó a que esta experiencia dejara un mensaje claro y certero en el corazón y en la mente de los participantes.
Finalmente, iniciativas como estas son hoy en día muy necesarias para la generación Z, también llamada “generación de cristal”, por su excesiva sensibilidad, para que se fortalezcan como personas y su compromiso, persistencia y motivación los guíen para ser los líderes del mañana.